Una aburrida tarde de invierno estaban Maria y José aburridos en casa viendo la televisión. Maria decidida fue a vestirse para salir a la calle. ¿José te vienes? Si cariño espérame que ahora voy contigo…
Maria se había puesto un pantalón vaquero largo y una camiseta roja que le cubría hasta el cuello ya que hacia bastante frío aquel día. Ambos bajaron hasta el garaje para coger el coche e ir al centro de la ciudad. Una vez allí se adentraron por el tumulto de tiendas y Maria como mujer que es ya empezaba a no saber hacia que tienda mirar, había demasiadas.
¡Vamos a esta que mira que minifaldas mas bonitas tiene!
Se adentraron en la tienda y Maria empezó a coger ropa a diestro y siniestro, cogió un pantalón, una minifalda rosa, un par de camisetas… Se metió al probador y mientras, José se quedo esperando tras el otro lado de la fina cortina del probador.
José se dio cuenta que el probador de al lado había entrado una mujer con bastante ropa y no pudo resistirse a mirar por el pequeño hueco que quedaba entre probador y probador y… allí estaba aquella mujer completamente desnuda probándose un fino tanga de hilo. José empezó a calentarse, no podía dejar de mirarla y entonces fue cuando María lo llamó. José, José entra haber que tal me queda. José entro y vio a María con una minifalda rosa que poco dejaba a la imaginación y una camisa blanca con lo primeros botones desabrochados dejando a lucir el escote de sus grandes senos.
José no lo dudo un momento y se lanzo hacia sus pechos, siguió desabrochando la camisa y empezó a comerle los pezones sin pausa.
María comenzó a excitarse, no podía aguantar y se le escapo un pequeño gemido. Tras esto María desabrochó el pantalón a José para sacar su polla, se arrodillo ante el y tras una mirada directa hacia sus ojos comenzó a lamer la punta de su polla lentamente. José se retorcía de gusto.
María tras ver esto decidió empezar a rozar con sus carnosos labios todo su glande, para que siguiera excitándose. Venga María sigue chupando…
Maria empezó a meterse su polla poco a poco dentro de su boca hasta que llego al final de ella, ella quería más y siguió empujando con su boca hasta que llego a la campanilla. Le dio una pequeña arcada a Maria pero ella siguió chupando, estaba sedienta de polla, siguió chupando y chupando más rápido hasta que sin darse cuenta se corrió José en su boca. ¿José porque no me avisaste? Bueno no importa, mira como me lo trago…
