
Relato erótico de fantasía
Como toda mujer tengo fantasías que pensé que nunca haría realidad, la vida te da oportunidades para decidir hacer o no, realidad tus fantasías.
Siempre soñé hacerle el amor a una mujer, hacerla sentir lo que siempre quise sentir yo, no por ser lesbiana, no… soy hetero, pero joder adoro las curvas femeninas, y me gusta el cuerpo de la mujer aunque un hombre es irremplazable a mi parecer (quizás este equivocada), pero su olor incluso cuando suda, el sabor de una polla dura, sentir que te revienta mientras te la mete hasta dentro, la brutalidad de unas manos rudas y el cariño de un hombro fuerte…eso no me lo puede dar una mujer y siempre lo supe, pero increíblemente quería tener sexo con una chica…y se dio…
No fue lo esperado, una amiga de una amiga vino esa noche, cenamos juntas y salimos de copas, a reírnos, a ligar … lo que hacen seis chicas solas, un poco de todo, en pleno pub nos pusimos las seis a bailar, la verdad es que hacíamos buen conjunto y nos complementábamos de maravilla, éramos las típicas chicas monas pero no exuberantes, empezamos a bailar después de alguna que otra copa, y Carlota se lanzo hacia mí, me comió la boca como jamás nadie lo había hecho, sus manos tomaron mi cintura, empujándome hacia su cuerpo, todo el mundo nos miraba, mientras a mí el mundo me daba igual porque lo único que deseaba era largarme de allí con ella.
Le dije al oído, “””Vámonos que quiero comerte el coño, como nadie jamás lo ha hecho”””… y nos fuimos de aquel lugar sin decir nada. Llegamos a mi casa y entre las esquinas nos íbamos besando, pero solo consigo recordar el momento en que estuvimos a los pies de mi cama, ella comenzó a desvestirme, sin apartar nuestras bocas, la tumbe desnuda sobre la cama, y como si fuera el hombre que siempre quise ser, baje besándole los pechos, mordiendo los pezones, lamí todo su vientre y al llegar a su coño, sentí que estaba en mi casa, (chupe tantas veces mis dedos después de masturbarme que era el mismo sabor).
Le mordí las ingles, y comencé a lamer su clítoris, con ganas y deseo, sin remilgos ni gilipolleces, ella tenía que recordarme y ese era un buen motivo, después de un rato y de sentir que estaba mojada, metí la lengua en su coño como si de una polla se tratara y fui subiendo poco a poco, introduje los cuatro dedos de mi mano derecha hasta encontrar su punto G, con suaves masajes y mientras mi boca no hacía más que chuparle el clítoris, sentí como se tensaba entre gemidos de placer, entonces supe que ese era el momento de joderla como Dios Manda… humedecí los dedos de la otra mano, y con delicadeza pero sin miramientos le metí tres dedos de mi mano izquierda por su culo prieto, mientras mi mano derecha entraba casi entera en su coño y mi boca se hundía en su clítoris.
Sentí como venia, como la explosión se abría paso entre su útero y su carne ardiente, aun quería lamerla y joderla más, y con más ganas, hasta que un rio de agua entro por mi boca y su cuerpo perdió el control, gritando, gimiendo hasta perder el sentido…si, hasta perder el sentido. Sabía que podía conseguirlo, que podía llevar a una mujer hasta el clímax al igual que puedo hacerlo con un hombre, solo era un reto más de mis fantasías que conseguí hacer realidad. Otro día os contare que paso después…
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